Enoturismo de calidad en el entorno de la Finca Santa Elena

Como hemos comentado en diversas ocasiones, la Finca Santa Elena se encuentra en un lugar privilegiado donde la viticultura tiene una importancia primordial, por ser una región de producción. Más allá del turismo de sol y playa, el enoturismo también ofrece grandes experiencias relacionadas no sólo con el vino, sino también con el turismo de calidad, gastronómico y cultural, unido al conocimiento de la tierra y sus posibilidades, en un entorno rural y de paisajes únicos.

La zona de Alforins -con clima mediterráneo continental- cuenta además con una ubicación excepcional que ha aprovechado para desarrollar esta clase de turismo, dada su proximidad con la ciudad de Valencia y los destinos turísticos costeros de su provincia junto a la de Alicante. Encontramos así sobre el terreno múltiples agentes dedicados a atender las necesidades del “enoturista”: restaurantes, museos, establecimientos de alojamiento, encargados de bodegas... Cada vez más gente quiere conocer esta rica oferta de cultura y ocio, muy atractiva para el viajero porque supone un valor añadido: la tranquilidad con la que se realiza este tipo de turismo, donde se aprende y descubre sin prisas el entorno natural y sus posibilidades.

Si por algo es conocida la zona de Alforins es por sus viñedos y su paisaje único, que se extiende a través de la multitud de caminos y senderos naturales recorriendo kilómetros del entorno rural de la región. Tiene además una belleza especial porque contiene tanto espacios agrícolas, como áreas de bosque mediterráneo de gran valor, con antiguas masías y casas señoriales.

Esta zona ha sido considerada única en la cultura vitivinícola desde hace mucho tiempo. Ya en 1933 se creó una calificación especial para la provincia de Valencia, que actualmente se extiende por más de 15.000 hectáreas, con cuatro subzonas. La de Clariano es la perteneciente al territorio de Alforins, aunque dentro de ella coexisten dos espacios diferenciados con distintas variedades de uvas. Esto ha permitido el surgimiento de una diversidad de bodegas, que con el enoturismo han visto la ocasión de promocionar el origen de sus productos. En concreto, la zona de Clariano alberga 15 bodegas con DO “Valencia”, la mayoría de las cuales son familiares y con tradición en la producción, manteniendo muchas de ellas los antiguos edificios productores. Estas características, junto al habitual contacto directo de sus propietarios con los visitantes, supone una experiencia auténtica y diferenciadora para el turista. Tanto es así, que actualmente las bodegas visitables son los recursos turísticos de mayor importancia en la zona.

La Finca Santa Elena adquiere en este contexto una posición excepcional en la zona para disfrutar del enoturismo, en un entorno de enorme potencial: oferta gastronómica, de restauración, histórico-patrimonial… y que ofrece exclusividad y autenticidad en la relación directa entre consumidor y propietario de bodegas. Un producto de ocio a medida, adecuado a cada perfil de visitante, en un paisaje de atractivo singular dentro de la Comunidad Valenciana. Un turismo de alto valor que sin duda irá creciendo los próximos años.